"Vox es la tercera fuerza política en el Congreso de los
Diputados con 52 escaños (3.656.000 votos) y está presente en el Parlamento de
Cataluña (11 escaños); en el de Madrid (13 escaños); en el de Murcia (cuatro
escaños); en el de Andalucía (12 escaños), y, desde el domingo, pasó en las
Cortes de Castilla y León de un procurador a 13. Todos esos millones de
ciudadanos que en las elecciones generales y en las autonómicas votan al
partido de Santiago Abascal no pueden ser ultraderechistas, neofascistas y xenófobos.
O, en otras palabras, no puede reducirse el análisis de las razones de la
emergencia de Vox a una especie de masiva degeneración democrática de una cantidad
considerable de españoles,” escribe José Antonio Zarzalejos.
Baronías y palmeros del PP repiten, pero sin dar la cara en
demasía, que ellos prefieren mandar en solitario y que no se les compare con
VOX. No son lo mismo, aseguran. ¿Y qué es el PP? Yo no voy a dar respuesta a
esta pregunta. ¿Por qué? Me asquea tantísimo el páramo intelectual del PP y su
quietismo ante los ataques de la extrema izquierda, que de responder, aunque
empleando la inteligencia y la mesura, seguramente caería en el uso despiadado del
lenguaje que es muy útil para desbaratar y desvertebrar un proyecto que copia
paso a paso todos y cada uno de los errores de Neville Chamberlain.
Leo por aquí y por allá (¿cuándo dejaré de leer y me pondré
a ver la tele con la mente en blanco?) que en el partido hay quien cree que
Casado debe cesar al secretario general y convocar ya todos los congresos. Pero
en este momento hay una única realidad. Casado, Teo (y Casero) son inseparables
y forman la idiosincrasia del PP. ¿Bueno o malo? Usted, sapientísimo lector es
el que debe responder. Y cayendo de nuevo en lectura encuentro que el destino
de Teo (Egea) está unido al de Casado. ¿Tiene futuro Casado? Otra pregunta que
a lo mejor me responde alguna de las cabezas pensantes del PP tinerfeño.
Mientras tanto, Isbael Díaz Ayuso ha dicho lo que todo
votante de centro derecha espera oír de un dirigente con los pies en el suelo y
sin miedo: “Que no nos importe lo que opine la izquierda sobre nuestros pactos…
un Gobierno basado en la suma de intereses frente al proyecto totalitario que
está destrozando España”. Si esta mujer habla así, ¿por qué Casado no dice lo
mismo? ¿Si esta mujer arrasó en Madrid, por qué hay agusanados en el PP que
persiguen la destrucción de la madrileña, al igual que consiguieron destruir a
Cayetana Álvarez de Toledo?
¿Amor a España?
Esas mismas palabras las quiere escuchar de boca de
cualquier dirigente del PP que no se arrastre ante la izquierda local, insular,
regional, nacional. Todo votante liberal, conservador, democristiano, debe
asumir como propias las palabras de la presidenta de Madrid.
No hacerlo implica cobardía, traición, sumisión ante el
horror de la izquierda totalizadora que para desgracia de España sigue recibiendo
los parabienes de la práctica totalidad de los medios de comunicación.
Zarzalejos remata: “es una consecuencia del temor que
provocan en amplios sectores sociales —cada vez más numerosos y extendidos— las
políticas aventureras y extremosas de una izquierda socialista que con Sánchez
ha extraviado su proyecto histórico —el de la transición— y la perplejidad de
una derecha que no ha sabido reconstruir un discurso nacional adaptado a unas
circunstancias internas y externas que han reformulado el proyecto español… Si
tan amenazante es Vox, ¿cómo es que ni el PP ni el PSOE llegan a pactos de
Estado, de gobernabilidad y, si preciso fuera, de coalición, sin que ese
entendimiento consista en una trampa recíproca?”
¿Qué el psoe quiere enmascarar los nefastos resultados
obtenidos en pasado domingo en Castilla y León? Cierto. Las urnas hablaron y el
psoe y la extrema izquierda recibieron el castigo que merecen. El brutal revés
experimentado no podrá ser enterrado bajo la posverdad que tan bien maneja el
sanchismo. ¿Quién ganó los comicios en 2019 en CyL? El psoe. ¿Quién perdió
abruptamente la confianza de los castellanos y leoneses? El psoe. En todas las
elecciones que se han convocado, psoe y up salen de ellas malheridos. ¡Es la muerte
que llama a la puerta! El psoe no se ensancha, al contrario, empequeñece, y
esta realidad es positiva para el interés general.
Pero lo que más me duele hoy es un PP que farolea. ¿Cómo?
Haciendo creer que VOX es algo pasajero, que es algo peligroso. No estoy de
acuerdo.
Pero sí lo estoy, por ejemplo con Arcadi Espada: “La
política española ha entrado en un período de descomposición del que no se
vislumbra final. Un acuerdo entre Psoe y Pp puede ser útil para empezar a
regenerarla. No es un acuerdo imposible. Al fin y al cabo lo mejor de sí mismos
es lo que comparten con el otro.”
Si en su día hizo falta echar a ZP, ahora es crucial que la
poca vida inteligente que quede en el psoe eche a Sánchez. ¡Ya!
Comentarios
Publicar un comentario