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Alemania en el 2% para Defensa y España en muerte cerebral

Ojalá el primer misil nuclear, si Putin está loco de verdad, caiga sobre nuestras cabezas.

Ya escucho las palabras de Sánchez el pacífico: “No pasa nada. Vencimos al coronavirus y venceremos también a Biden, perdón, a Feijóo.”

Hoy nos enteramos de que Sánchez trasmite a la vicepresidenta comunista apellidada Díaz que España no tiene pensado sumarse a una guerra en Ucrania. Cree Sánchez que esa guerra no nos afecta. El sanchismo es tan corto de miras que una invasión rusa de una nación soberana y europea es algo que “nos” pilla a años luz. Y luz es lo que no tiene en la cabeza la izquierda española. Tampoco hay luz en mucha derecha.

El no a la guerra de los caguetas es un cáncer que corroe el cuerpo democrático. Y la pena está en que son millones de españoles los que compran el discurso de los seres agusanados sentados ante el televisor, consumiendo series y más series. La democracia con olor a fragancia de colonia para bebé es la pestilencia que me echa para atrás cuando piden de mí un día más de paciencia. De fe en este sistema. ¡Se me agota la paciencia!

Para que los cobardes y botarates entiendan algo de lo que está ocurriendo, sería conveniente empezar por leer lo que viene a continuación. “Europa vive momentos de incertidumbre política y económica. Nos aguarda un futuro complejo, repleto de nuevos retos, dificultades y, probablemente, sacrificios. Pero Europa debe preservar sus valores fundacionales. La prosperidad no significa nada si no podemos garantizar a nuestros hijos que estarán a salvo de los impulsos genocidas de un dictador”. Este párrafo de un formidable artículo de Luis Garicano, jefe de la delegación de Ciudadanos en el Parlamento europeo, bastaría para acallar a los meapilas que hoy siguen creyendo el discurso de Rusia.

El maestro, Guy Sorman, economista, periodista, filósofo, autor francés de prestigio internacional, de obligada lectura siempre que aparece su firma en mi ABC, afirma lo siguiente y, por supuesto, acierta de lleno. “Lamentablemente, no hay nada más difícil que negociar con un dictador que ha perdido la razón.”

Nos debemos preguntar si Putin ha perdido el juicio. Si está loco. Y si lo está, como hará Europa y la OTAN para meter en cintura a un tirano capaz de mandar a la muerte a 146 millones de compatriotas.

José F. Peláez es un maestro de la puntería. No falla. Aguijonea y hace que los cobardones se arruguen con el culo hecho mierda. “Si algo me molesta es la moralina sensiblona, el coma diabético y las lagrimitas afectadas de gente que está descubriendo en directo que en el mundo hay guerras y que el fuerte gana al débil. Si algo me toca las narices es escuchar a esos que se indignan porque nadie hace nada, pero pasan el sábado entre margaritas, benzodiacepinas y maratón de Netflix. Lo tienen fácil: en lugar de mandar a morir a nuestro ejército en Rusia para que ellos se sientan bien, que cojan un arma y se vayan a defender Kiev. En lugar de criticar a la OTAN desde el sofá, que se despidan de sus hijos y vayan a defender nuestros intereses a las puertas de Chernóbil. Es posible que el mundo haya cambiado, que necesitemos prescindir de pijadas para incrementar el gasto militar e incluso que nos toque defender Ceuta y Melilla con nuestras manos. Yo tengo claro de qué va esto y sé sufrir. Pero algo me dice que vamos a tener que explicar muchas cosas a los pequeños. Pues bien, empecemos por el principio: «Levántate y lucha. Esta es tu pelea».”

Alemania ya tiene el 2% de su PIB destinado al ministerio de Defensa. Un giro de 180 grados que hace, esta vez sí, que el mundo cambie por completo. Y la medida la toma un socialdemócrata en el Bundestag.

Pero aquí las cosas se tuercen, se pudren. El sanchismo y los comunistas no quieren la guerra. Son angelitos negros que también se van al cielo, como dice la canción. Ellos quieren mesas y más mesas, y costosos viajes y una diplomacia versallesca.

Ellos, en realidad siguen creyendo que todo el mal está en la OTAN y en Estados Unidos. Que la democracia liberal es la culpable de nuestra miseria. Cuando Macron aseguró que la OTAN estaba en muerte cerebral, naturalmente que no se equivocaba. Hoy la alianza parece que recobra vida. Pero la izquierda española sigue del lado de la hoz y el martillo. Sigue estando siempre en el lado equivocado. Basta con recordar que el presidente Sánchez dijo aquello de que en España no hacía falta un ministerio de Defensa.

Ucrania merece que la defensa de la Unión Europea. Pero que sepan los ucranianos que hay un gobierno votado por millones de españoles que dispuestos a elegir se quedan con Putin. Ese gobierno está compuesto por psoe, Unidas Podemos, y tiene como socios preferentes a etarras y golpistas catalanes.

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