Hace nada. Viaje del rey Felipe VI a San Juan. Puerto Rico.
Aquí, como pasa siempre, algunas palabras del Jede de Estado
pasan desapercibidas. Se ignoran. Se censuran. Hay órdenes para que así suceda.
Es la democracia de la republiqueta que hace estragos, que se expande como el
universo corrosivo de la mediocridad.
Pues sí, hace nada nuestro rey emprende un viaje importante.
Puerto Rico, Cuba, Filipinas, la isla de Guam. ¿Remember?
1898. España cae en el pesimismo. Ganan los de la mentira con la leyenda de la
España Negra corriendo libre por el mundo.
Pero nuestro rey no viajó para pedir perdón. Eso se deja
para Sánchez si con ello recibe aplausos de indigenistas que ocultan el
canibalismo y las muchas otras atrocidades de pueblos sin civilizar. Repito,
sin civilizar.
A Felipe VI, que a sus 54 años sabe más de la conquista que
los hideputas bolivarianos de aquí y de allá, jamás se le pasó por la cabeza
perder un minuto hablando de las atrocidades
(verdadera basura sensiblera).
El rey respondió al cariño de los ciudadanos y autoridades de
la isla con orgullo. ¡Toma ya!
Y dijo, para que se sepa y, ustedes, sapientísimos lectores
lo guarden en la cabeza para vivir sin caer en la cretinización, lo siguiente.
Lean despacio, en silencio. Y no una vez, sino dos, y tres. Las que hagan
falta.
“La fundación de estas ciudades [San Juan de Puerto Rico, La
Habana o Cartagena de Indias entre otras] implicó la creación de instituciones
de gobierno, la construcción de universidades, escuelas, hospitales e
imprentas. España trajo consigo su lengua, su cultura, su credo; y con todo
ello aportó valores y principios como las bases del Derecho Internacional o la
concepción de los derechos humanos universales. Conceptos y elementos que
contribuyeron de manera muy importante al inicio de la Edad Moderna, a partir
de instituciones como la Escuela de Salamanca, integrada por juristas,
académicos y religiosos”.
Como afirma Arcadi Espada: “La conquista costó vida, desde
luego. La vida siempre cuesta vidas”.
Sirva este breve comentario para tener siempre muy presente
el trabajo de María Elvira Roca Barea y su “Imperofobia”. Mi cariño y admiración
hacia una mujer malagueña y profesora de secundaria. ¡Cuánto bien ha hecho tu
libro!
Creo que nuestro rey también lo ha leído. Y tiene subrayadas
muchas páginas memorables.
José Antonio Marina, filósofo, pedagogo y escritor, afirma
que “La educación es la construcción de la memoria”.
Felipe VI en Puerto Rico es la España del silgo XXI que no
ha perdido la memoria y sabe con orgullo visible lo mucho que ha aportado al
mundo. Y es que sin España occidente no se entiende. No se construye. No se
termina de civilizar.
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