Esperar que mañana lunes Pablo Casado plantee a Sánchez la ruptura del pacto
para acercar al psoe a posiciones constitucionales es un absurdo. No cabe la
esperanza para ningún pacto. El social comunismo ha llegado para quedarse, por
la vía democrática o por otros métodos que ya se han puesto en marcha. Mientras
tanto, la sociedad espera volver a llenar los campos de fútbol. Hagámonos una
idea del panorama.
Que un partido que adolece de credibilidad democrática (hablo
del psoe) siga ostentando el mayor apoyo de los españoles, no debería despertar
simpatía. ¿Qué queda de verdadera socialdemcracia en este sanchismo? Nada.
Y si un partido supuestamente democrático se siente más
cómodo pactando y encamándose con enemigos de la democracia y por tanto del pueblo,
¿cómo es posible que ese pueblo defienda los intereses del cesarismo?
El viejo bipartidismo no puede ser real si tenemos que
contar con el psoe. El tándem Sánchez/Iglesias es otro virus mortal. Lamento la
caída de Vox en la encuesta que hoy publica el diario El Mundo. Por cierto, una
encuesta más. Y me alegra la subida que experimenta el PP. No quisiera la
muerte de Ciudadanos. Anhelo ese gran pacto por España nacido en el
centroderecha.
Pues lo que ya tenemos se llama sencilla y llanamente
dictadura. Todo lo que se diga a continuación es un sobrante nauseabundo. Hay
que llamar a las cosas por su nombre. Solo una pregunta cabe formular. ¿Lo sabe
la Zarzuela?
La respuesta a esta crisis sanitaria, política, económica y
laboral no puede ser un gran PER. Además, espero que todo hombre libre se
niegue a ese PER que esclaviza.
La UE falla, pero el gran error imperdonable está en algunos
gobiernos que desde la inacción más lacerante, provocan miles de muertos y
además propagan en el pueblo que hay que elegir entre salud y libertad. El
tándem Sánchez/Iglesias es un organismo extraño en la UE. Un bulto a extirpar.
España no. Sin España no se entiende Europa. Pero España está enferma. Más enferma que ninguna otra nación del viejo continente. Las urnas, sin cultura democrática, llevaron en volandas al poder a partidos políticos con proyectos genuinamente antidemocráticos, y apoyados por otras formaciones igualmente aberrantes, extremistas, populistas, xonófabas, racistas y violentas. Mañana Pablo Casado tiene una oportunidad para expresar en el cuartel general del coronavirus que la democracia no se rinde. ¿Lo hará?
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