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Se amontonan los muertos igual que las legumbres en casa


¿Pero hay algún incauto que piense todavía hoy que la recesión que alumbró en 2008 no se llevó vidas por delante? ¡La mala economía también mata! ¡La mala gestión de un país es una máquina de aniquilación sin parangón! Hoy esta pandemia nos pone contra las cuerdas. Hay que salvar vidas, por supuesto, y pienso muy especialmente en nuestros mayores, que son abandonados e invitados a dejarse ir sin rechistar. Europa es un club de fariseos y doctores en leyes que jamás han tenido en cuenta a los más necesitados. Si Alemania, Holanda y Austria mandan en las cuentas, Italia y España ponen en la mesa el desorden, la anarquía y los muertos. Lamentablemente es así. Muertos y más muertos. A lo mejor mañana estaré yo en esa lista. O nosotros. Todos. Por ese motivo, cuando habla el Gobierno de Sánchez, en el cerebro (no hay corazón) de Europa nace la orden de ponerse en guardia. "Ya habla el tonto que se carga a su pueblo pidiendo dinero para enterrar fiambres".
¿Y el periodismo qué, le pregunto a mi respetado Jorge Bustos? Ah, cuánto pobre lector de periódicos no podrá pagar lo que es necesario para alimentar una redacción de "buenos" periodistas. San Agustín tiene respuesta para casi todo. "No salgas fuera de ti, quédate en ti mismo, en el interior del hombre habita la verdad." A mí el confinamiento me lleva al cielo, pero también al infierno de Tony Soprano. ¿Quién sobrevivirá y saldrá luego a la calle en busca del periódico?
Escribe Raúl Conde: “La labor de los servidores públicos no se paga con aplausos en los balcones ni con la caridad de los pudientes, sino con un Estado eficaz y un sistema tributario justo que preserve la protección social. ¿Aprenderemos?”. De ahí que la Europa rica nos tosa a la cara, como hace Sánchez todos los días, con Illa, Simón y el resto de papagayos a las órdenes de la satrapía española.
Todo el mundo sabe, por Dios, que “la ciencia no dice a la política lo que tiene que hacer, sino que ofrece la información necesaria para que la política pueda decidir”, Manuel Arias Maldonado dixit. Y la política, con los peores políticos engendrados por carne humana, toma las peores decisiones. Y se desentiende del dolor.
Se amontonan los muertos igual que las legumbres en casa.
La mentira organizada es muy difícil de ser derrotada. ¿Lo sabías? Ese tipo de mentira se instaló en la política largo tiempo ha. Siempre el dato es falso aunque resulte creíble. Da igual que lo trague entero el populacho.
Y ante esta mentira, muchas veces repetidas, bendecida y votada, la que siempre sale perdiendo y retorciéndose de dolor en la democracia.
¡El mentiroso gana!
Y no olvidemos que hace tiempo que el abrazo murió.
Lo que se lleva es el tener amigos en Facebook y en el WhatsApp. ¿Por qué duele entonces tanto el estar confinados?
Y termino como muchas veces, descansando en Juan Manuel de Prada: “…esa mortandad incesante y sobrecogedora de pobres viejos hacinados en residencias o morideros donde los metieron sus hijos, que -en la mayoría de los casos- podrían haberse encargado de su cuidado perfectamente. Pues los hijos están obligados (por moral natural y por ley divina) a limpiar el culo de sus padres, como sus padres se lo limpiaron antes a ellos. Que haya tantas residencias de viejos, y tantos viejos hacinados en ellas, es una prueba sobrecogedora del enfriamiento de la caridad al que nos referimos.”
A esos hijos yo los maldigo. Padres y madres que lo han dado todo, pero sus hijos...¡unos hijos de puta!

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