Ir al contenido principal

Los aplausos son el alimento del alma


Eso sí, agricultores y ganaderos continúan en la zanja demostrando que su trabajo resulta de primera necesidad”, Raúl Conde dixit. Y es ahora cuando volvemos la vista al campo.

Ah, malditos urbanitas con soberbia infinita. La indiferencia de ayer se torna hoy un clamor en defensa del campo que nos abastece en el confinamiento.

Deberíamos pasar hambre, recordar las palabras de nuestros abuelos, nuestros padres. ¡Hambre, soledad, más hambre! Trabajar con hambre, dormir con hambre. Y la ira en aumento. 

Que se destruyera para siempre nuestra llamada zona de confort. Calamidad de calamidades. Volver a la humildad del hombre tierra y luego polvo. Porque el engreimiento hizo creer que éramos dioses. ¿Dioses de la nada?

Los sanguinarios recortes en la sanidad pública española llevan a que profesionales que salvan vidas se protejan con bolsas de basura. ¡Basura! ¿Y tenemos la mejor Sanidad del mundo?

En Alemania los infectados no mueren. O casi no mueren. En España, en Italia, la muerte baila con nosotros, o ríe con nosotros, o nos espera a la puerta de casa, o se cuela sigilosa y ya está dentro del hogar.

¿Raza aria o gestión brillante y eficacia luterana? No por ello dejaré de ser católico, vaya por delante.

De economía sólo sé que gano muy poco en mi trabajo. Pero leyendo descubro que el coronavirus puede llevarse por delante alrededor de 28 billones de euros en todo el mundo. ¿Vale la pena conocer este dato, me pregunto? Es como la cifra de muertos que nos ofrecen a diario. ¿Mejor el silencio?

Los impostores ya han ocupado su pedestal. Y ahí permanecerán. Desde la Corona al presidente del Gobierno, pasando por la oposición y, oh, sí, algunos medios de comunicación que, incluso hoy, (ahora mismo) hacen caja con la tragedia. Los aplausos no curan. Cierto.

Los aplausos son el alimento del alma. Cierto.

Y llorar de emoción es una luz de esperanza al final del túnel.

Palabras sencillas: verdad. 

Necesitamos un gobierno que no nos mienta. ¿De qué me suena?

Tan sencilla era la vida que un bicho insignificante nos humilló hasta ponernos de rodillas frente a la verdad. Sencillo: hemos perdido la inocencia, pero seguimos instalados en la mentira.

¿Moriremos besando la estampita de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias?

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Ayuso y Cayetana, o Casero? That is the cuestion, peperos

  Permítanme, para enfado de alguno, que vuelva a poner en la cabeza de la política española a una mujer de bandera. Se llama Isabel Díaz Ayuso. ¿Perfecta? Perfecta es nuestra madre. Después de la madre lo único perfecto es una novela de Arturo Pérez-Reverte, Fernando Aramburo, Ana Iris Simón, Javier Cerca, o una película de Tarrantino, Cuarón, Sorrentino Scorsese (la nueva peli de Spielberg, versión de un gran clásico, “West Side Story”, es técnicamente impecable, pero insufrible porque resulta pedante e innecesaria), el jazz de Monk, Coltrane y Miles David que, para una persona a la quiero más que a mi vida, es lo más de lo más con la trompeta. ¡Estas son perfecciones de la naturaleza! Pero aun no siendo perfecta, Isabel Díaz Ayuso no es, por ejemplo, el irritante y pagado de sí mismo Albert Rivera, cadáver político que vuelve a ser noticia porque en la empresa, bufete, lo tildan de baguete, aunque él lo niega.   La presidenta madrileña dijo hace nada en la campaña de Ca...

Entrevista a Jordi Évole

Estoy con Jordi Évole. Hablando. Le entrevisto para una tele local. Mongolia se interesa por él. Me pegan en negro. Con lo que voy a ganar por esta entrevista puedo alcanzar este mes los 950 euros del SMI. -Hola Jordi. -Hola. -¿Tú eres gilipollas? -No, creo que no. Casi seguro que no. -Pero lo pareces. -Me lo suelen decir a menudo. -¿Y tú cómo reaccionas cuando la gente, también aquí los mongoles, al verte, al tocarte, al olerte, dicen lo mismo que en París, en Londres, en Madrid, en Cuenca, o sea, que eres gilipollas. -Pues que no lo soy, más no puedo hacer. ¿Tú crees que lo soy? -En absoluto. -Lo ves. De cerca, de muy cerca todo cambia. -Eres un atoletado. -¡Qué va! -No creas que soy yo un lumbreras. Yo también ando corto de neuronas, pero es que lo tuyo, no sé, tío, pero entre el coronavirus y tú me da que que en la Generalitat y en Lledoners elegirían al virus cabrón. -Pues yo tengo ganas de enseñar al mundo que ni gilipollas ni virus mortal. Si acaso pelín aprovechat...

A saber

  La intervención en la ONU del presidente ucraniano puso de vuelta y media una institución que apesta. Obsoleta, obtusa, fría, burocrática hasta el vómito, insensible y llena de discursos aparatosos y versallescos que vomitan la inutilidad de una máquina alejada de la realidad del mundo. Si Rusia y China tienen derecho a veto, entonces el consejo de seguridad de la ONU es una farsa. Zelenski sabía que debía hablar empleado las palabras más gruesas ante la ONU y no ante un Congreso de una España segundona y con un gobierno sumido en la incomodidad. No olvidar jamás que la izquierda sigue con el grito del no a la guerra tan criminal en su día como ahora, y que el presidente aseguró que España no necesita de un ministerio de Defensa. Zelenski era consciente de que hablaba para una banda de miserables que no entiende lo que pasa y prefiere, siempre, quedarse con el cargo y la paguita. La España del ensimismamiento a la que le aterra mirar fuera y se gusta sabiéndose pequeña, inculta, ...