Ya cedió, que no te enteras. Cedió, y se arrodilló ante las
exigencias de los golpistas. Porque son golpistas. ¿O ya no lo son? Gran cacao.
Si el gobiernito de la Españita asegura que el diálogo con el
enemigo es la mejor herramienta para garantizar la pax sanchista y la
convivencia perruna democrática, ¿quién de entre ustedes se ve con ganas de
contradecir al psoe de Largo Caballero?
Ni la Constitución está viva.
En la boca negra (Mamba Negra) de Pedrito sánchez no hay
cabida para todo lo que se alumbró en
1978.
Ya se enterró la obra de concordia. Y el pobrecito Fernando
Morán escribía (aquí tengo el libro) lo de “España en su sitio”.
Se yergue un nuevo orden. Un siniestro plan que persigue
esclavizar, sodomizar y terminar con cualquier resquicio de inteligencia
crítica en la sociedad española.
En la mesa de la ignominia, con la imaginación al poder para
supuestamente aplacar la ira de los racistas, Iván Redondo, al igual que Ábalos,
se sacrifica para que la maquinaria propagandística (recordemos la Alemania del
nazismo) esté a pleno rendimiento y vomite con esplendor el horror del
crematorio donde Constitución y convivencia de catalanes y españoles pasen a
ser historia. Humo.
Un ejército de matarifes cumpliendo las órdenes y con la cara
de puro gozo ante el trabajo bien ejecutado.
Cenizas.
Y un gran número de españolitos en un eterno finde. Cañitas,
folleteo, fútbol, discoteca, chungachunga y más chungachunga; botellón y Vasile
haciendo billetes que para eso está la tele abierta las veinticuatro horas.
Así que Pedrito sánchez nunca lo tendrá mejor.
Implantar un nuevo régimen, desmembrar Españita y meternos a
todos en su Gulag particular será cosa de coser y cantar.
Digo Gulag, pero puede ser una checa o cualquier crematorio
de segunda mano.
Ya de paso que comience por Plácido Domingo y Rubén Amón, su
biógrafo oficial.
A mí puede cepillarme cuando le salga de los huevos.
Pero eso
sí, Pedrito, si envías a uno de los sociatas mostrencos del Puerto de la Cruz, dile que haga muy bien el trabajo.
O sea, fundido en negro y the end. De no ser así…cuidado
con la bestia.
Y la bestia soy yo, sociata.
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