Al socialismo español le pasa lo que acertada y magníficamente refleja en una columna el siempre admirable Jon Juaristi: “Todo lo que se desparrama pierde su condición jerárquicamente ordenada y plural para volverse basura indiferenciada.” Y así es con el psoe de pedro sánchez.
Basura desparramada por España.
Horror y demencia es la cosecha que recoge el país con el pueblo soberano interpretando de lujo el papel de cómplice.
Ni puedo ni debo ocultar que me duele España.
Insisto una vez más en que el hoyo, la basura, la farola estropeada, el carnaval, el devenir del turismo y la madre que parió a la identidad local portuense me importan nada ante la realidad de mi España.
Leyendo, que no es poco, el hombre libre se aleja (a Dios gracia) de la plebe, pero también del gacetillero que, de viejo (desde joven también) intenta emular a pensadores helénicos en el ágora, placita del Charco.
¡Lástima la no existencia de una mosca blanca carnívora!
La decrepitud y nadería local siempre figuraron entre los males de España. El localismo, aldeanismo, nacionalismo. Y qué podemos decir que no se haya dicho ya de la entronización de los obscuros personajes en el pedestal de los cretinizados portuenses.
Alejo Vidal Quadras, que para muchos es un perfecto desconocido, escribe lo siguiente: “Empezando por los regeneracionistas, pasando por los ensayistas de 1914, continuando con los poetas del 27, reiterándose en los prohombres de la Segunda República y del exilio republicano posterior a la Guerra Civil y aceptándose por los protagonistas del paso de la dictadura a la democracia hace medio siglo, nos hemos movido sumergidos en esa paralizante mala conciencia, en esa autoexigencia mortificante que presta alas recurrentemente a las fuerzas que pugnan por acabar con nuestra existencia como realidad histórica, política, cultural y humana y que debilita sistemáticamente las energías saludables que albergamos y que nos permitirían trazar nuestro destino con confianza, seguridad y autoestima.”
Si hoy (mañana será tarde) España reclamara mis manos (no mi cabeza) para salvarla, pondría estas al servicio de su defensa.
Los desleales a ella (comenzado por algunos portuenses) serían los primeros en desprenderse de la mendacidad y la doblez.
Vidad Quadras también recuerda que “en 1812 y ante los reunidos en Cádiz para alumbrar una nueva era de esperanza y modernidad, Argüelles (asturiano) blandió un ejemplar de la mítica Ley Fundamental que acababan de aprobar y pronunció las hermosas palabras “Españoles, ya tenéis patria”.
Pasado el tiempo, no hay rastro de Argüelles, apenas de la patria. La heroicidad de Cádiz se desconoce. Es Pedro Sánchez y su tiranía lo que prevalece en una parcela (¿Patria?) que pisamos sin admitir que en la Constitución de 1978 se hicieron dolorosas y dañinas concesiones.
Yo limpiaría de basura lo local. Primero lo local. El patio de mis juegos infantiles.
Es en lo cercano donde España muere.
Tahúres y fulleros del Puerto de la Cruz, España no os necesita.
¡Apartados!
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