Un perro leal es siempre valioso. Cuando muere lo despedimos
con lágrimas en los ojos. Hay luto en la familia. Cuando el dueño del perro
transmite al animal la rabia, el perro será llorado por el amo, pero más allá
de las cuatro paredes de la casa, la alegría se reflejará en los ojos de las
personas que conocían al puñetero animal. Y aguardarán como agua de mayo a que
el hombre también se vaya a la mierda cuanto antes.
¿Muerto el perro se fue con él la rabia? No, claro que no.
Ahí queda el macho alfa con ganas de adquirir otra mascota para convertirla en
un acorazado.
Al conocer la decisión de Pedro Sánchez comprendí que la caída
en desgracia de España es inevitable. Dolores Delgado al frente de la Fiscalía
General del Estado. Una mano poderosa que ejecutará con saña las órdenes de su
amo. ¿O no hay amo?
Todo lo que tenga que ver con la Cataluña indepe recibirá
por parte de la Delgado el amén y el oro y la mirra y el incienso que Sánchez reclama. También
Puigdemont, Junqueras, Comin, los tres están de enhorabuena. Una Fiscalía
General política hasta el tuétano. Así que la desobediencia del Parlamento
Catalán ya es historia, y si llegan los indultos, que llegarán, la sociedad
cretinizada observará por el televisor que la cosa mola y se ajusta a lo que
hoy todavía se llama Estado de Derecho. ¿Resoluciones judiciales? ¿Y eso de que
coño va?
No se ocultan y lo hacen a plena luz del día. Como
valientes. Son los señores de la casa. Que se arrastren los otros, que se
escondan los otros, que susurren los Casado, Arrimadas y, sobre todo, ese
pueblo soberano que se informa (jajaja) a través de los poderosos canales
mediáticos que posee el comunismo y el socialismo. También los bilduetarras y
los golpistas catalanes. La doña y el don tienen libertad para bajar al súper y
al bar y arreglar Españita con cerveza y aceitunas, o bien comprando un kilo de
detergente. Zotal, por favor. Lo prefiero.
A esto lo llamamos democracia. Con un monarca campanudo que
sale o desaparece según le vayan escribiendo los guionistas. Pertrechado con
corbatas de todos los colores (el rojo y el morado principalmente) y siempre
maldiciendo (¿o no?) la hora en la que soltó unas palabritas, jodidas
palabritas (en boca cerrada no entras moscas), contrarias a la buena gente
catalana que durante unos días montaron una fiesta con Rajoy y Soraya
invitados, pero no el resto de los españoles. Ni siquiera la mayoría del pueblo
catalán. Felipe, hay que decirlo, salió muy guapo en la foto de hoy con el
nuevo gobierno. Más alto incluso que Sánchez. Todos caballeros y señoras de la
mesa cuadrada. Un Rey católico sin Biblia y sin Cruz. También es verdad que no
se consintió la hoz y el martillo. Pero todo se andará. No olvidemos que
Delgado será Fiscal General.
Creo que desde esas alturas palaciegas se ve una España que
los ojos de este enano español no alcanzan a ver. Se trata de una España
adinerada, perfumada, políglota (sin catalán en la intimidad), tan moderna que
el subdesarrollo queda para los que ponemos en duda que exista lo más
importante para vivir a esas alturas. Oxígeno.
Es muy probable que los políticos con mando en plaza, así
como el monarca con que nunca llegará a igualar el genial José María Carrascal
en corbatas, no tengan necesidad de oxígeno para vivir a cuerpo de rey
(jajajaja).
Ni siquiera para pensar. Ni mucho menos para respetar.
A ver si un día de estos, dejo de pensar tanto y dedico más
tiempo a respetarme, porque si espero por ellos (por todos ellos) terminaré
asqueado de mí mismo. Y lo correcto es que siga asqueado de lo que hacen y
dicen. Los otros. Ellos.
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