Después de más de dos mil años de cristianismo, ya tenemos
delante de nuestros ojos el número de la bestia: 167.
167 síes para Pedro Sánchez.
Pero no es el anticristo. Sánchez siempre será un don nadie
con mucha suerte. Un hombrecillo que mide ciento noventa y siete centímetros de
calamidad, el cual respira y tiene constantes vitales porque su ambición es
rocosa. Pétrea es el alma color mierda del inquilino monclovita. Mató al psoe y
ahora va a por España.
Ya lo eres. ¿Qué eres? Dicen por ahí que ya te has
convertido en nuestro Presidente. ¿El presidente de todos los españoles? No.
¿Eres como Torra? ¿Eres el presidente de una parte de los españoles? Por
primera vez en esta democracia española estrenada en 1978, tenemos a un felón
en Moncloa que trabaja para una parte de España. Y se vanagloria de que así
sea. Ha sido bendecido, apadrinado, elevado al poder por la escoria. Sánchez
tiene el poder legal, ¿pero tiene la legitimidad para dirigirse a los españoles
como el presidente democrático con una agenda de progreso, paz, justicia y amor
a la Patria? Sabemos que no es así. Con él lleva la destrucción, la división,
el enfrentamiento, la trinchera, el destripamiento de la paz. Se alía con los
bárbaros y lidera la democracia de nueve milímetros parabellun.
Una investidura con un ganado socialista que mansamente ha
respondí sí. En libertad no son capaces de limpiarse el culo, mucho menos la
sucia y corrompida conciencia. ¿Tienen alma? Lo dudo.
El primer gobierno social-comunista ha nacido en una España
que venció al comunismo y prosperó sin él. La democracia se cimentó bajo el
paraguas de la tolerancia, pero no en paz. ¿Quién dice que sólo existió la paz
mientras levantamos una España moderna y democrática? ¿Y la Eta? ¿Y los Grapo?
¿Y Tierra Lliure? ¿Y el MPAIC? Se derramó mucha sangre.
Vuelven con Sánchez los tiempos más negros para España.
Ojalá no tenga cabida la España balcanizada, pero a partir de hoy las tinieblas
invaden la Constitución, la Corona y el día a día de los españoles.
¡Larga vida a los españoles de bien!
En la sesión, Ana Oramas buscó la lágrima fácil. Se volvió
melodramática. Se dirigió a sus señorías con un tono mucho más manso e
impropio. Pidió, casi suplicó, que rebajen los decibelios, oh, sí, además de
exigir (¿por qué no?) que se abandone la política del odio.
Entonces, señora diputada, ponga nombre y apellidos a esos
políticos que hoy están sembrando odio. No se acobarde. Su no a Sánchez casi se
convierte en un “NO, pero perdona, Sánchez.” Y eso no me gusta lo más mínimo. A
mí me gustó la Ana del primer día. ¿Tanta le asusta Barragán, su Secretario
General? ¿Tan sola y huérfana se queda en La Laguna si CC la expulsa?
“Voy a votar no porque por encima de mis intereses
personales y los de mi partido están los de Canarias y los de España”. Con esa
frase señora Oramas hubiera sido más que suficiente. Y de regreso a su escaño.
Entre aplausos. Si me lo permite, sólo le pediría que para una nueva
oportunidad, diga conmigo, “España y Canarias”, pero no al inversa. España siempre
primero.
La diputada de mi tierra se enrolló malamente. Y soltó
perlas absurdas. “Los que hoy me dicen que soy una valiente, hace una semana me
llamaban vendida y corrupta”. Lleva usted mucho tiempo en política y sabe que ése
es el día a día del diputado, de un alcalde cualquiera, de un concejal en
Cuenca. Ha añadido, “Ni soy facha ni los diputados del PSOE y de Podemos están
con los terroristas”.
Claro que usted no es facha. Bueno, para los enemigos de
España, de la democracia y de todo lo bueno, sí lo es. Yo lo soy. ¿Le quita el
sueño ser llamada facha? A mí me llena de alegría saber que hay hijos de puta que
piensan tal cosa del hijo de un pescador.
Pero sobre lo segundo, “el psoe y up no están con los
terroristas”, ejem, ay, Ana, doña Ana, reflexione. O mejor dicho, si no quiere caer
en el ridículo, guarde el pensamiento. ¡Es una aberración! Millones de españoles, que
no son patanes, le responderán que está ciega.
Y para concluir, en este descabellado momento político que
vive España, la diputada de ERC, Montse Bassa, aseguró, mirando a la trompa de
Sánchez, que le “importa un comino” la gobernabilidad de España”. Pero Sánchez
quiere la Moncloa, lo de España es para los fachas, ¿verdad, presi?
Otro gran día para la democracia.
En la Zarzuela recuerdan las palabras de octubre de 2017.
Pero mejor el silencio, los discursos poliédricos. El azul de la reina. Cosas
así.
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