Bieito Rubido, director de ABC, asegura que con 120 diputados no se
puede gobernar contra la otra mitad de España. Se lo hace saber a la señora
Calvo, que es vicepresidenta muy poderosa del gabinete sánchez.
El periodista se equivoca. Y mucho.
Si el psoe tiene, que es así, 120 diputados, podemos quitarle
100 ahora mismo, y quedándose con 20 seguiría controlando y mandando sobre
España y los españoles.
No olvidemos que el español lleva tiempo acomodado en un
paraíso para cretinos.
El pueblo español goza de una ingravidez mental que propicia
todo tipo de experimento social por parte del poder político, económico, cultural
y mediático.
Cobayas con derecho a voto, eso sí.
Mandar en España es relativamente fácil. El demoníaco señor
de la casa socialista no está solo. Flanqueado por miserables y “miserablas”,
apoyado por el hampa comunista y separatista, el turista en Davos hace de los
españoles lo que quiere.
Lo verdaderamente trágico es comprobar que para la cobaya
que trabaja, vota, paga impuestos y tiene el televisor como gran hermano fiable
que nunca engaña, el abismo, la pesadilla, el horror, esa bestia social
comunista que habitaba en lo profundo, no le provoca la pérdida de un minuto de
sueño. La libido está ahí. Dispuesta.
Es más, la deshumanización de los españoles se ha hecho con
tal grado de perfección que generaría sorpresa una reacción que significara
decencia y rebeldía.
Por ejemplo, 75 años pasaron de Auschwitz.
Pedro Sánchez, si quiere, puede alargar su estancia en el
poder esos mismos 75 años.
El carácter autodestructivo de los españoles es un seguro de
vida para el socialista.
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