Pero si estaban ganadas. Las elecciones de Castilla y León. Ganadas,
decían los genoveses del PP. Un año después del anuncio hecho por Casado, la
casa sigue habitada por los errores y los horrores. Y por Casado, naturalmente.
Imagino a Casero (el mejor hombre para portar el maletín
nuclear) subiendo y bajando los pisos de la sede. Para que luego digan que la democracia
no tiene el culo cagado.
Pero si estaba todo ganado y se disfrutaba de la campaña.
¿Entonces qué coño ha pasado? Yo no lo sé. ¿Lo sabe usted? No lo digo yo, lo
dice Ricardo F. Colmenero en El Mundo: “El Partido Popular arrancó tan bien las
elecciones que ya sólo podía perderlas. Una semana más, y Tezanos clava hasta
el escaño la victoria del PSOE.”
Pobre partido que odia a Ayuso y recurre a ella para salvar
los muebles. Siquiera los muebles. El lunes es 14, ¡vivan los enamorados!, PP
y VOX buscarán el mejor sitio para negociar. Arrumacos. ¿Y qué lugar puede ser
ese? ¿La casa de la familia Adam? ¿El edificio Iders del Puerto de la Cruz? ¿La
casa de los siete tejados”, propiedad de mi querido amigo Nathaniel Hawthorne?
Quiero ser parte fundamental del gobierno, Mañueco. Ya oigo
a los de VOX pedir lo que en justicia tienen derecho a reclamar. Y veo el
encogimiento repentino de los huevos del PP. Todo un espectáculo que va más
allá de “Cerdos y Diamantes”.
A lo mejor las encuestas se equivocan. A lo mejor llueve. A
lo mejor el frío hace que el votante se quede en casita. Y si, oh maldición, se
vota poco y mal, entonces la izquierda tiene posibilidades reales de quedarse
con la región más extensa de Europa. ¡Que aprenda Putin lo que es invadir!
El PP es como los palestinos: nunca pierde una oportunidad
para dejar escapar una oportunidad de ganarle al psoe. Los palestinos están
como están porque les encanta perder o rechazar las oportunidades de paz ofrecidas
por Israel. Es un pueblo, el palestino (¿también el PP?) condenado a revivir el
viaje a ninguna parte, con el permiso de Fernando Fernán Gómez.
Y Pablo Pombo escribe un maravilloso artículo en El
Confidencial. Lleva por título: “El sonido del trueno: las próximas 48 horas de
Pablo Casado”. Recomiendo su lectura más que comer. Pero tiene una dificultad
para los peperos con gastroenteritis intelectual. Es un K-8. Por eso me atreví
a recordarle al autor lo siguiente: “En la cúpula del PP (Egea, Casado, Casero)
el texto publicado es ilegible. No hay capacidad neuro (anal) para descifrar lo
que en él se vierte. Indescifrable ante el paso de los siglos. Para el resto de
los mortales con menos sapiencia política, qué se yo (Ayuso, Cayetana) la cosa
está muy clara. Pero en Génova (y hace un año que se despidieron de la sede,
pero ahí siguen), sólo leen obritas simplonas: "Ulises", "En
busca del tiempo perdido", "Rayuela", y sobre todo las obras
completas de Faulkner. Pero más allá de estos autores sin fondo, uf, lo de
usted es como el monolito de Kubrick para Egea, Casado y Casero.”
P.D.: No creo en la máxima que dice que para salvar la
democracia es necesario que haya más democracia. ¿Para mejor información hacen
falta más medios? Ni hablar. A lo mejor una sana contracción de la democracia
es la mejor opción para salvaguardar los pilares del sistema. Hay demócratas,
mi caso, que vemos que la casa democrática con todas las puertas y ventanas
abiertas es un peligro para nosotros y una golosina para okupas y ladrones.
Cerrar algunas puertas y ventanas nos protege (palabra tabú) del peligro de
quedar sin hogar democrático. Las democracias son imperfectas, afortunadamente,
pero lo que no sabíamos es que quieren ser perfectas. Y por ahí sí que es
verdad que no paso.
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