Pablo Iglesias ya no tiene careta.
Se la quitó.
Molestaba.
El populacho ibérico es muy fácil de engatusar.
Se alimenta con las mentiras del social comunismo. Pan para hoy y hambre para mañana.
¡Ese populacho cabrón con derecho a voto y que nos jode la vida!
Pablo Iglesias ya no vive en Vallecas.
Demasiado olor a pueblo.
Gente trabajadora, gritona, poca aseada, embrutecida por el fútbol, Vasile, y siempre con el mejor móvil del mercado.
Ese populacho es machista hasta cagando, pero vota a Pablo y a todo bípedo viviente que se alce para vender que el social comunismo ha llegado para terminar con la derechona española.
Liberales, democristianos, conservadores, centristas, ¿me olvido de algún grupo?
Ah, claro, Pablo y su señora de Galapagar ostentan el poder omnímodo en Unidas Podemos al puro estilo leninista.
Prohibida la discrepancia en las filas de los pretorianos dispuestos a dar la vida y poner el culo siempre y cuando quede a salvo la cabeza del mesías.
Pero la careta ya no.
La careta está bien para Pedro Sánchez.
Bien están las caretas para el psoe que sin vergüenza asegura que todavía es un partido constitucionalista.
Y Pablo asegura que hay que meter en la cárcel (¿de Lledoners?) a los periodistas desafectos.
Normalidad democrática.
El hijo pródigo de Chaves, Evo Morales, Nicolás Maduro y dictadura cubana, quiere cerrar bocas, pero el gacetillero del Puerto de la Cruz (un ejemplo) no abre la suya para oponerse a la medida.
Los hombres libres, las mujeres libres, los periodistas libres (tú, gacetillero nunca lo fuiste) preferimos la cárcel antes que lamer el culo a los sociatas y a los comunistas.
¡Las hemorroides están en el culo, ojos, manos, corazón y alma de Pablo Iglesias y de los periodistas que callan y son afectos al horror implantado en España!
Yo lo tengo muy claro: ¡con los pies por delante! A mí me llevan con los pies por delante.
Lucharé y pelearé para acabar con esta basura ideológica.
Sin careta.
Me basta esta cara que Dios me ha dado.
Y defendiendo siempre la Constitución, España, la justicia, la libertad, la paz, el bien común, mi humanismo cristiano.
A ver si de una puñetera vez se enteran los cobardes del PP y los melindrosos de Ciudadanos. España está en peligro.
Y el periodismo libre más en peligro que nunca.
Pablo nos quiere meter en la cárcel.
¡Ven a por mí Pablo, aquí te estoy esperando!
Se la quitó.
Molestaba.
El populacho ibérico es muy fácil de engatusar.
Se alimenta con las mentiras del social comunismo. Pan para hoy y hambre para mañana.
¡Ese populacho cabrón con derecho a voto y que nos jode la vida!
Pablo Iglesias ya no vive en Vallecas.
Demasiado olor a pueblo.
Gente trabajadora, gritona, poca aseada, embrutecida por el fútbol, Vasile, y siempre con el mejor móvil del mercado.
Ese populacho es machista hasta cagando, pero vota a Pablo y a todo bípedo viviente que se alce para vender que el social comunismo ha llegado para terminar con la derechona española.
Liberales, democristianos, conservadores, centristas, ¿me olvido de algún grupo?
Ah, claro, Pablo y su señora de Galapagar ostentan el poder omnímodo en Unidas Podemos al puro estilo leninista.
Prohibida la discrepancia en las filas de los pretorianos dispuestos a dar la vida y poner el culo siempre y cuando quede a salvo la cabeza del mesías.
Pero la careta ya no.
La careta está bien para Pedro Sánchez.
Bien están las caretas para el psoe que sin vergüenza asegura que todavía es un partido constitucionalista.
Y Pablo asegura que hay que meter en la cárcel (¿de Lledoners?) a los periodistas desafectos.
Normalidad democrática.
El hijo pródigo de Chaves, Evo Morales, Nicolás Maduro y dictadura cubana, quiere cerrar bocas, pero el gacetillero del Puerto de la Cruz (un ejemplo) no abre la suya para oponerse a la medida.
Los hombres libres, las mujeres libres, los periodistas libres (tú, gacetillero nunca lo fuiste) preferimos la cárcel antes que lamer el culo a los sociatas y a los comunistas.
¡Las hemorroides están en el culo, ojos, manos, corazón y alma de Pablo Iglesias y de los periodistas que callan y son afectos al horror implantado en España!
Yo lo tengo muy claro: ¡con los pies por delante! A mí me llevan con los pies por delante.
Lucharé y pelearé para acabar con esta basura ideológica.
Sin careta.
Me basta esta cara que Dios me ha dado.
Y defendiendo siempre la Constitución, España, la justicia, la libertad, la paz, el bien común, mi humanismo cristiano.
A ver si de una puñetera vez se enteran los cobardes del PP y los melindrosos de Ciudadanos. España está en peligro.
Y el periodismo libre más en peligro que nunca.
Pablo nos quiere meter en la cárcel.
¡Ven a por mí Pablo, aquí te estoy esperando!
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