"Y ustedes callarán.” Pablo Iglesias. Vicepresidente del Gobierno de… Sí, España. Todo él. Todopoderoso. Hasta en el CNI se ha colado su alma negra. Y la amenaza es clara. Rotunda. Directa. A la bancada de la oposición del Senado. “Y ustedes callarán”. ¿Para siempre? Pues sí, claro. Una amenaza que pretende (y lo consigue) amedrentar a millones de españoles. Mejor callar, mejor vegetar, mejor hacerse el muerto, mejor cualquier cosa putrefacta que molestar al comunista apoyado por millones de españoles. En ese “Y ustedes callarán” no hay una bravuconería política sin más. No se está ante la rutinaria planicie argumental. No es tampoco un acaloramiento propio del rifirrafe político que ha convertido la política española en algo sucio, tóxico, aliado del Covid-19. Pretenden algunos que creamos que el bocazas escupe veneno pero que en realidad es inofensivo. O sea, que ese veneno no produce guerravilismo, miseria, hambre. Un veneno de chichinabo que, si acaso, genera un ligero p...
Destripar sin anestesia el cuerpo político